Juan de Arcaz Sánchez, San Juan Macías, nace en Ribera del Fresno en 1.585. A los cuatro años de edad queda huérfano habiendo muerto sus padres, Don Pedro de Arcaz e Inés Sánchez, víctimas de las epidemias del tifus y de la viruela; quedándose éste bajo la tutela de sus tíos.
Sus tíos carecían de recursos económicos para sustentar y educar a Juan por lo que se introduce al oficio de pastor en una hacienda de un terrateniente extremeño.
Su niñez está marcada por una educación de especial devoción a la Virgen María, particularmente mediante el rezo del Rosario, que unido a las horas pasadas en la soledad del pastoreo adquirirían hábitos contemplativos.
A los veinte años de edad toma la decisión de emigrar de Ribera del Fresno para buscar mejores condiciones de vida. El primer lugar donde se asienta es Sevilla donde se puso a trabajar como pastor a las órdenes de un rico ganadero andaluz. Tras Sevilla se dirige a Jerez de la Frontera, sintiéndose incómodo, al igual que ocurriera en Sevilla. En Jerez de la Frontera hizo amistad con un marinero y rico negociante con quien se puso a trabajar como criado. Ambos regresaron nuevamente a Sevilla donde arreglaron todos los papeles en la Casa de Contratación para embarcar al Nuevo Mundo llegando a Cartagena de Indias (Colombia) y más tarde a Lima. En esta última ciudad, cuando contaba con 37 años de edad, ingresa en la Orden de los Dominicos en el Convento de Santa María Magdalena porque veía que allí podía cooperar con los dominicos en su misión apostólica y en la promoción humana de los pobres.
Fue portero del convento durante veinticinco años desde donde practica una importante obra de beneficencia espiritual y material; además de tener un gran influjo en la ciudad gracias a sus consejos. Por lo que aquella portería de la Magdalena se convertiría en un lugar de comunión y participación de pobres y enfermos.
Sesenta años de edad contaba fray Juan Macías cuando le visitó la enfermedad que le llevaría a la tumba. Siguiendo la costumbre de aquellos tiempos, los religiosos de la comunidad se dirigen procesionalmente a la habitación del fraile.
Muere, finalmente en esta ciudad de Lima el 15 de septiembre de 1645.
Su cuerpo es venerado en la Basílica del Rosario.
Fue beatificado, es decir, declarado y ser honrado con culto, por el papa italiano Gregorio XVI en 1813 y canonizado, declarado solemnemente santo, por el papa Pablo VI el 28 de septiembre de 1975.